Cristóbal Cobo presenta en este ensayo una radiografía del uso que hacen estas compañías de nuestros datos y cómo se comercializa con ellos, pero también del tiempo que pasamos delante de los dispositivos y cómo las sociedades actuales se están desarrollando para que esta tendencia aumente, pasando cada vez más tiempo conectados. Cuando las tecnologías se convierten en el eje central de nuestras vidas es difícil encontrar acciones que no pasen por una pantalla; y al otro lado de cada pantalla hay un rastro de información que nos expone sin filtro alguno y que autorizamos a utilizar sin cuestionarnos las consecuencias.
Cristóbal Cobo presenta en este ensayo una radiografía del uso que hacen estas compañías de nuestros datos y cómo se comercializa con ellos, pero también del tiempo que pasamos delante de los dispositivos y cómo las sociedades actuales se están desarrollando para que esta tendencia aumente, pasando cada vez más tiempo conectados. Cuando las tecnologías se convierten en el eje central de nuestras vidas es difícil encontrar acciones que no pasen por una pantalla; y al otro lado de cada pantalla hay un rastro de información que nos expone sin filtro alguno y que autorizamos a utilizar sin cuestionarnos las consecuencias. En sus orígenes internet parecía ser el medio idílico y neutral con el que desaparecerían las diferencias individuales y sociales, prometiendo la democratización de las tecnologías digitales y generando espacios (ciberespacios) donde todas las personas tendrían voz y voto; canales digitales para que todos los pueblos pudiesen organizarse y demandar cambios y mejoras. Sin embargo, el desarrollo de esta naciente sociedad virtual ha ido acompañada de nuevas formas de poder e influencia a través de los circuitos digitales. Lejos de encontrar sujetos empoderados mediante el uso de las tecnologías, hoy encontramos individuos incapaces de desarrollar su actividad diaria si no es a través de una pantalla. Son los denominados smartphone zombies, que se desviven por mantenerse al día de todas las novedades digitales considerando que a mayor consumo de información más conocimiento de la realidad. Una vorágine de likes, notificaciones y actualizaciones que forman un flujo perdurable de información más qué útil para quienes controlan los espacios virtuales. Todos estos datos que generamos y cedemos gratuitamente permiten diseñar perfiles de comportamiento mediante los cuales se fragmenta y adapta la información que posteriormente se nos muestra, por lo que la realidad a la que presuponemos acceder no es más que una adaptación basada en nuestro comportamientos e intereses inferidos.Esta realidad parcelada, prefabricada junto a otras circunstancias como al aumento de las fake news y la cantidad ingente de pensamientos, ideas u opiniones disponible y consumibles, no nos hace más críticos ni nos ayuda a comprender mejor el presente, sino que se traduce en lo que Cobos ha venido a denominar “pseudoignorancia o amnesia digital”. Las consecuencias globales aún no las conocemos, pero ya podemos referirnos a una economía de datos basada en un sofisticado aparato de vigilancia de extraordinario alcance que absorbe toda nuestra información personal. En Acepto las condiciones se definen las reglas que rigen las interacciones y cómo los usuarios ceden su libertad y sus datos a cambio de su comodidad desconociendo para qué se utilizan, quién crea las plataformas, cómo se regulan, o a qué intereses responden. Cobos plantea además cómo ante este panorama la postura más racional y realista no consiste en entregar todos nuestros datos y consumir sin censura alguna pero tampoco en irnos a vivir con Thoreau. Lo mas conveniente según la opinión de expertos aquí recogida pasa por conocer en profundidad la configuración de la realidad digital: una necesidad imperante para interactuar con ella. Plantea también, la necesidad de generalizar la desobediencia tecnológica en la que, tomando conciencia de lo anterior, equilibremos la balanza de una realidad de la que es prácticamente imposible escapar. La creación de nuevos límites a los datos que las empresas recopilan y un mayor control para que las personas conozcan cómo, cuándo y para qué se utilizarán. Para ello, la educación digital parece la mejor fórmula para afrontar este desafío, aunque de momento ha sido la más desatendida. Nuestro nivel de alfabetización digital se ha estancado en el desarrollo de “habilidades tecnológicas aisladas”, incapaz de hacernos competentes en un contexto cada vez complejo, lo cual nos desprotege y nos hace vulnerables y fácilmente manipulables. Una línea alternativa a lo que se ha venido haciendo hasta ahora es la de superar la educación meramente instrumental y enfocarse en el desarrollo del pensamiento crítico y autónomo para ser conscientes, al menos, de que la realidad a la que accedemos responde a determinados intereses. Es precisamente en esta línea en la que se desarrolla Acepto las condiciones: Usos y abusos de las tecnologías digitales, donde a través de la voz de expertos internacionales se dibuja el retrato de una sociedad que inicialmente carece de herramientas tanto para revertir las actuales asimetrías de poder presentes como las consecuencias de las nuevas brechas digitales. El ensayo finaliza con la propuesta de una serie de acciones y estrategias con las que la ciudadanía digital crítica e informada y las autoridades podrían desarrollar mecanismos análogos al de un cinturón de seguridad para desenvolvernos en internet, más allá de las molestas ventanas que nos indican que nuestras cookies serán recogidas, y que nos lleve a servirnos de las tecnologías digitales es lugar de ser servidos. En definitiva, un manifiesto de la urgencia que supone salir de la era de la ingenuidad virtual y la necesidad de generar cambios éticos y sociales capaces de diseñar nuevos modelos de inclusión social en la era digital.
El 26° Congreso Interamericano de Educación Católica CIEC 2020 (realizado en Chile) contó con la participación del Investigador y especialista en tecnologías nuevas y educacionales, Cristobal Cobo. Congreso en el cual, expone las consecuencias del uso y abuso de las nuevas tecnologías, y su influencia en nuestra vida cotidiana.
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